Tecnico y Lic

Amalia Huerta Aguilar, es ex alumna de nuestra institución. Actualmente se desempeña como jefa de enfermeras en el Hospital General de Huamantla de la Secretaría de Salud. Platicamos con ella y nos contó sobre las memorias de sus días como estudiante en la Escuela de Enfermería Florencia Nightingale.

¿Cómo llegó a la institución?

“El hecho que yo haya ido directamente a la escuela de Enfermería Florencia Nightingale es por mi hermana mayor, quien fue parte de la primera generación. De cierta manera fue una influencia para bien y muy buena decisión el recomendarme estudiar allí.

Los días de estudiante en Florencia Nightingale, pues bueno, son inolvidables, sobre todo el hecho de que se trató de una época de cambios drásticos. Egresaba de secundaria, tenía 15 años y entrar directamente como enfermera, fue intenso; difícil al inicio, pero que a final de cuentas me dejó muchos recuerdos.

Conocer a varias de mis compañeras, las practicas hospitalarias, el miedo sobre cómo serían, el entusiasmo de portar un uniforme blanco, la imposición de cofias… Todo eso fue el inicio del lugar en donde me encuentro”.
Entre sus memorias nos cuenta un poco de las enseñanzas que le dejó formarse profesionalmente en nuestra Institución.

Bueno sobre enseñanzas, aquellos tiempos se caracterizaron por la diciplina con la que la EEFN siempre se caracterizó. La disciplina marcaba la diferencia ante las distintas instituciones. El ser perseverante también, la influencia de los catedráticos hacia los estudiantes, los directivos nos decían: ‘Deben ser perseverante en lo que anhelan’; y bueno, también el trabajo en equipo. Yo creo que también es una de las grandes enseñanzas que la escuela me aportó.

De su recorrido profesional, nos comentó que encontrarse con colegas egresados de esta institución ha sido gratificante.
“He coincidido con algunas; por ejemplo, con la jefa Olga Ramos que estuvo en el Hospital de San Pablo del Monte y que no tiene mucho que nos encontramos en la estructura de jefas de enfermeras por la Secretaria de Salud. También he tenido la fortuna de trabajar, también en operatividad, con algunas de mis compañeras. Definitivamente la base que nos dejó la EEFN marca esa diferencia desde mi punto de vista. Claro, el hecho de tener espíritu de servicio que la institución nos marcó a fin de cuentas cuando hemos llegado a coincidir con algunas compañeras egresada de Florencia Nightingale es lo que comentamos. Coincidimos con la misma opinión”.

Le preguntamos el proceso para encontrar trabajo al momento de egresar. Si fue complicado y qué tanto le benefició lo que aprendió con nosotros así como haber pasado por esta institución.

Mi servicio social yo lo hice en el Hospital de Chine, que ahora es el Hospital de la Mujer. Al egresar, me llamaron para ser suplente en el hospital clínico. Pero como el llamado era muy irregular, dejé el sector público y estuve varios años en instituciones privadas en Apizaco, hospitales en San Martin de Porres y en el Hospital Ángeles. Entonces llegué al Hospital General de Huamantla ya como suplente y posteriormente, al reconocer de cierta manera el hecho de tener algunas aptitudes, me llevaron hasta la jefatura de enfermeras en el Hospital General de Huamantla.

Destacó la formación que obtuvo en la EEFN e hizo mención de esas actitudes y aptitudes que le han contribuido a llegar a donde hoy se encuentra. Elementos que un profesional de la enfermería debe tener en cuenta al momento de laborar.

Mi ser es empático me ha servido mucho ahorita que estoy en una dirección. El ser empático con mis compañeras, al tratar de resolver alguna situación personal, porque resolver una situación personal de alguien es resolver también el desempeño que tendrán en la institución.
El trabajo en equipo me ha servido mucho para tratar de cohesionar esa unión como gremio. Un gremio tan importante en la sociedad y en la misma unidad que el trabajo en equipo da la fuerza.
Y también el ser proactivo.

Añadió que estos valores y aptitudes fueron sembradas no solo por la filosofía de la institución, si no que se le contribuye el desarrollo de ellas a los docentes que siempre las tuvieran presentes.
“Recuerdo que varios maestros, con los actualmente he coincidido. Una de ellas, la maestra Guillermina Barragan, que en ese momento trabajaba en el ISSSTE, decía que le emocionaba la enfermería. Siempre insistía en tener empatía: ‘La disponibilidad siempre te va a abrir las puertas’, decía.

También me viene a la mente el maestro Willi. Él es médico y nos mencionaba algunas anécdotas con una pasión que bueno, a final de cuentas incluía el hecho de ser humano y el desempeñarse con pasión dentro de la profesión.”
Por último, compartió un mensaje alusivo al festejo de nuestro 34 aniversario.

El tener un puesto directivo es tener una gran responsabilidad. Ahora lo sé y reconozco en la dirección de la EEFN el hecho de saber y aterrizar cómo dirigir a los alumnos. La parte medular de un excelente profesional de la enfermería es tener humanismo, que sigan inculcando humanismo yo creo que eso va a seguir moviendo muchas, muchas emociones dentro de los estudiantes. Hacerlo como directivos es una gran responsabilidad, pero que hasta este momento yo creo que la escuela se ha destacado en eso.

Añadió un consejo a los jóvenes que se encuentran siendo parte del grupo estudiantil y aquellos aspirantes a la carrera de enfermería.

A los estudiantes que ya decidieron estar o iniciar a estudiar Enfermería, pues si decidieron esta profesión el consejo, ámenla, porque de ahí depende todo.

El desempeño que tengan dentro de esta profesión les va a dejar muchas, muchas satisfacciones; y el aprender todos los días, porque nunca dejamos de aprender. Todos los días se aprende tanto en las aulas como en la vida real. Verán que cuando ya sean egresados, cuando sean profesionales y que estén con esa conciencia de que ustedes serán las personas que le darán la bienvenida a muchos seres que llegan a la vida; y también, pues lamentablemente y afortunadamente para otros van a ser los últimos rostros que verán otras.

En cuestión de los alumnos que están indecisos, el echo de ser enfermera en un sí o es un no. Desde mi punto de vista, deben ser firmes con su decisión porque el hecho de estar indecisos desafortunadamente luego ya estando en la profesión desertan o podrían desempeñarse de una manera hasta frustrante. Va a ser una profesión para toda la vida, entonces desde mi punto de vista enfermería si es una profesión a la que se debe llegar con vocación. No hay de otra.

Finalmente, compartió la satisfacción que se ha llevado al haber decidido estudiar esta carrera y las cosas que le ha dejado a través de los años,
“El hecho de que estudiara enfermería fue por vocación. Sigue siendo por vocación. Donde me encuentro ahora, lamentablemente me he encontrado con cosas agradables y desagradables. Pero debemos mantener la vocación. Si volviera a nacer volvería a ser enfermera porque amo mi profesión y la experiencia y satisfacciones que me ha dejado. El reconocimiento en primera pues de uno mismo, de la familia, de los amigos; el reconocimiento muy satisfactorio de los pacientes, el tratar de sanar ese dolor tanto físico como emocional que igual es muy importante sanar.

Como experiencia puedo decir que el hecho de que un paciente venga con una enfermedad crónica degenerativa pero aparte tenga un dolor espiritual, emocional, el hecho de ser empático con esos pacientes, con sus familiares es fundamental. Porque la enfermería está centrada en el paciente; pero también debemos ver, escuchar y saber entender su situación para movernos con eso. Ponernos en los zapatos de otros porque al final de cuentas también, ser empáticos y tratar de ser o tener solución de algo que les aflige yo creo que es lo que da la satisfacción de ser enfermera, poder ayudar en el momento preciso”.

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